MUNDO MACRI

Salud, educación y desarrollo social sin el impulso
reservado para el aparato represivo porteño

EN LA CIUDAD CONVIVIRÁN LOS POLICÍAS BIEN PAGOS Y LOS SUELDOS DE HAMBRE DE MÉDICOS Y MAESTROS

Nota publicada en el Diario BAE [Buenos Aires Económico]
Autor: Catriel Etcheverri: 19/3/2008

No es extraño. Las palabras dichas en campaña se esfuman en lo que lleva realizar el escrutinio de votos.

Mucho habló Macri de educación y salud, pero sus esfuerzos se orientan a detentar el control policial.

L
os hechos valen mucho más que las palabras a la hora de descubrir el verdadero cariz de un gobierno. Sucedió con la presidencia de Carlos Menem, quien tras prometer la revolución productiva profundizó las políticas neoliberales practicadas por Alfredo Martínez de Hoz desde 1976, liquidando las industrias nacionales, llevando a cifras insostenibles el índice de desempleo, multiplicando la pobreza y la indigencia y aumentando la brecha entre ricos y pobres.

El Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, prometió durante su campaña incorporar 6.000 nuevos profesionales al colapsado sistema de salud porteño. Lejos de volver a hablar de esta propuesta, su única idea en materia de salud hasta el momento fue fomentar la discriminación en la atención de pacientes.

Las promesas en materia de educación también pasaron al olvido. Sólo quedaron las contrataciones directas realizadas con la excusa de acelerar las refacciones en escuelas de modo de que estuvieran listas para el inicio del ciclo lectivo. Las clases comenzaron, las refacciones en la mayoría de las instituciones educativas no finalizaron aún y las empresas beneficiadas por las contrataciones directas evitaron tener que competir con los precios de otras compañías.

Lejos de mostrar una verdadera preocupación por la Salud y la educación, la verdadera obsesión de Macri parece pasar por por detentar el control de una fuerza policíaca. El lunes anunció que aún sin los fondos que reclama a la Nación, el cuerpo de policía porteño comenzará a convertirse en realidad.

Para ello detalló con inocultable satisfacción la conformación de un cuerpo "profesional" -como siempre le gustó decir-, cuyos integrantes percibirán sueldos con un piso que ronda los $ 3.000, amén de otros beneficios como el acceso a créditos blandos para la compra de viviendas.

Los beneficios vinculados a esa "profesionalidad" parecen no alcanzar a los demás trabajadores del Gobierno porteño. Siguiendo la lógica macrista, ¿habrá que poner en duda la profesionalidad de médicos y maestros que trabajan en la Ciudad que no pueden acceder ni a sueldo ni beneficios de estas características?.

La reacción no se hizo esperar. Empleados de hospitales públicos porteños afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) cumplieron ayer un paro por 24 horas en demanda del pago de salarios atrasados a contratados reincorporados y exigieron sueldos mínimos "iguales a los que tendrá la nueva policía".

En diálogo con Buenos Aires Económico, el secretario general adjunto de ATE Capital, Rodolfo Arrechea, aseguró que "lo que planteamos en el paro del día de hoy [por ayer], aparte del reclamo de aumento salarial del 35% y que se efectivicen los 6.000 nombramientos que prometieron en la campaña, es que queremos la equiparación de salarios del resto de los trabajadores de la Ciudad, así como la posibilidad de acceder a los créditos blandos para comprar viviendas reservados para la policía".

Arrechea reconoció que "para la sociedad la seguridad es importante y nos preocupa a nosotros también, pero el tema de la salud es prioritario y a cien días de asumir, el gobierno de Macri lo único que ha hecho es perseguir a los trabajadores y no ha demostrado hasta el momento ninguna política para el sector".

En tanto en los ministerios de Salud y Educación de la Ciudad optaron por el silencio ante la intención de Buenos Aires Económico de hablar sobre este tema.

Menos planes sociales

La política macrista, más cerca de la reacción que de la prevención, más cerca de la represión que de la inclusión, fue denunciada también ayer por organizaciones políticas y sociales, las cuales marcharon desde el Obelisco hacia la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en rechazo del "recorte de planes sociales, alimentarios y habitacionales".

Rubén Saboulard, dirigente de la Asamblea de San Telmo, acusó a Macri de utilizar el re empadronamiento para encubrir "encubrir una fuerte disminución en los distintos planes sociales". Saboulard advirtió incluso que "no venimos a mendigar nada, venimos a exigir que el Gobierno porteño mantenga los 5.000 planes tal cual estaban de lo contrario tendrá guerra".

Por su parte el dirigente Gustavo Funes, de la Corriente Clasista y Combativa, se mostró a favor del re empadronamiento porque "así podremos demostrar que el empleo no creció en la ciudad". Funes acusó también al gobierno porteño de crear un cuerpo de policía para criminalizar la protesta social. Generó 900 nuevos cargos públicos y pretende pasar con una topadora a los pobres de la Ciudad".